Raffaele Ganci, jefe de la Nuez de Palermo, murió en Milán

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Raffaele Ganci, jefe del barrio Noce de Palermo, considerado un hombre de confianza de Totò Riina, murió a los 90 años y era miembro de la llamada “comisión provincial” de la Cosa Nostra.

Sucesor de Totò Scaglione conocido como Boxeur – asesinado por iniciativa de Don Raffaele en 1982 – Ganci estaba involucrado en la construcción y el comercio de carne: se creía que era leal a Totò Riina, a quien brindó asistencia durante su inacción, interrumpió el 15 de enero de 1993 inmediatamente después de dejar la residencia en via Bernini donde vivía con su familia.
Un área, eso, bajo el control de las familias de Uditore-Passo di Rigano y el área vecina de Noce.

Una de las muchas cadenas perpetuas a las que fue condenado fue la del asesinato del prefecto de Palermo, Carlo Alberto Dalla Chiesa.
Entre otras cosas, la familia Ganci regentaba una carnicería en Via Lo Jacono, en Palermo.
Fue detenido el 10 de junio de 1993, en Terrasini, después de 5 años de inacción, junto con sus hijos Nunzio y Calogero y su yerno Francesco Paolo Anzelmo.
Murió en Milán mientras cumplía varias cadenas perpetuas bajo un duro régimen penitenciario (artículo 41 bis).

Desde la carnicería de su familia, en via Francesco Lo Jacono, en Palermo, había un observatorio privilegiado en la cercana casa del juez Giovanni Falcone: desde allí, según el hijo arrepentido de Ganci, Calogero conocido como Calogerino, se emitió el aviso de que el magistrado regresaba a Palermo el 23 de mayo de 1992, porque los mafiosos della Noce vieron que el carro blindado conducido por el chófer judicial Giuseppe Costanza había salido del estacionamiento debajo de la casa Falcone.
Una vez detenido y después de que su hijo decidiera colaborar con la justicia (el otro, Domenico llamado Mimmo, sigue hoy en el 41 bis como una pena irreductible de pluri-prisión), Don Raffaele tronó en la sala del tribunal, justo en el juicio por la masacre de Capaci, pidiendo que Calogero fuera al salón de clases (“Huelo a mi hijo”).
Y en Palermo, durante un juicio en lo penal, amenazó con decir, si su hijo no les había dado, frente al colegio presidido por Innocenzo La Mantia, “los nombres de los magistrados corruptos, si no los nombro yo”.
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El viejo carnicero, autor de decenas de asesinatos, pero nunca mencionó los nombres.
Formó parte de la comisión provincial, Ganci decidió y participó personalmente en las masacres del 92 y la masacre del subcomisario Ninni Cassarà y del agente Roberto Antiochia (6 de agosto de 1985): por eso La Noce estaba “en el corazón” de Riina, según el arrepentido Salvatore Cancemi, uno de los muchos acusadores del anciano patriarca, también fallecido hace años.

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