Pascua: Lorefice, el amor sea la resurrección de la guerra del mal

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PALERMO, 17 DE ABRIL “La tribulación de la historia de ayer y de hoy, la roca del asunto humano de hoy todavía clavada en el siglo pasado con su tercera guerra mundial en pedazos debajo de nuestra casa, en Ucrania y en otros rincones de la tierra, converge y él comienza de nuevo desde la tumba vacía, desde el crucifijo resucitado.
Desde el amor que vence todas las formas del mal.
Incluso la muerte “.
Así el arzobispo de Palermo, Corrado Lorefice, durante la Pascua pontificia en la catedral pidió orar por la paz.
Cerca de mil fieles asistieron a la misa, incluido el alcalde, Leoluca Orlando.
Lorefice habló del amor “que devuelve toda la historia humana al jardín fecundo de la nueva creación después de la desolación del suelo árido provocada por el orgullo humano solicitado por el gran seductor de todos los tiempos”.
“Del artero divisor que, privándonos de la memoria de la cruz de Cristo, del árbol de la vida añadió, quiere someter el orden mundial y nuestros días humanos y eclesiales a la mentira del poder y de la guerra fratricida, la división y sospecha; el tentador que instiga a construir más Babel que la ‘casa común’ Tierra sobre la roca de la fraternidad universal y la amistad social, de la paz y la inclusión, de la legalidad y la justicia, del perdón y la reconciliación”.
El arzobispo, ayer por la noche, durante la vigilia pascual, bautizó a seis mujeres extranjeras preparadas por la oficina diocesana para los neocatecúmenos.
El misionero laico Biagio Conte también estuvo presente con su comunidad.
Durante la homilía, Lorefice recordó cómo esta Semana Santa está marcada por la guerra, esperando una resurrección como salida a un período oscuro.
“Recuperemos nuestra vocación original”, dijo, mirando el mundo a través de las rendijas de las llagas del resucitado y la alegría y la responsabilidad de nosotros los discípulos.
Al interceptar en nuestra carne las heridas sangrantes actuales del mundo, sin renunciar nunca a unirnos al Exultet de la Tierra, interpretando coralmente el sueño del mundo de la victoria de la luz sobre las tinieblas, donde la violencia y la guerra, las lágrimas y el luto son abolidos para siempre.
siempre”.
(ANSA).