Palermo, mafia: 24 detenciones, capo con subsidio del Estado

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El distrito de Santa Maria di Gesù ha sido atacado.

PALERMO – Del encaje a la fiesta local.
La vida entre Villagrazia y Santa Maria di Gesù estaba gobernada por los jefes.
Algunos de los cuales tenían tiempo para dedicarse a la delincuencia, tanto como su salario era atendido por el estado con la “renta de ciudadanía”.
Dinero robado a quienes realmente necesitan apoyo financiero.

Durante la noche se realizaron 24 detenciones, 21 en prisión y tres bajo arresto domiciliario.
El bombardeo de Carabinieri del Ros, coordinado por la Dirección Distrital Antimafia de Palermo, impacta en uno de los barrios históricos de la ciudad.

Las imputaciones en disputa son asociación de tipo mafioso, extorsión, asociación para el narcotráfico, robo y traspaso fraudulento de valores.
Los carabinieri del comando provincial brindaron apoyo operativo al bombardeo.

Se trasluce que algunos empresarios del sector de la distribución de alimentos y las apuestas han puesto sus actividades a disposición de la mafia.
En dos de ellos, a pedido del fiscal adjunto Paolo Guido y de los suplentes Luisa Bettiol y Dario Scaletta, el juez de instrucción impuso una prohibición temporal de comercio.

El dinero de la puntilla y las drogas se utilizó para financiar a las familias de los detenidos.
Los que están libres deben cuidar de los hombres de honor que han ido a parar a la cárcel: esta es la regla básica de la Cosa Nostra.
El barrio de Guadagna se confirma como una de las principales plazas comerciales de la ciudad de Palermo.
Resultó que parte de la marihuana procedía de una plantación descubierta en Riesi, en la provincia de Caltanissetta.

Para certificar las relaciones entre las familias de Santa Maria di Gesù y Villagrazia, que forman parte del distrito, está la historia de un constructor obligado a pagar el dinero de la protección: la cantidad se dividió entre los dos clanes.

El control del territorio era rígido.
Así lo demuestra la imposición de un suministro de bebidas a los propietarios de un salón de recepciones; un robo a un vendedor de relojes; la devolución de un auto robado al familiar de un mafioso de la familia Palermo Centro.

Y luego está la fiesta local.
Los patrones decidían todo: qué calles cerrar, dónde colocar los puestos, qué tragos vender y cuántas.
Y, por supuesto, qué cantante neomelódico debería actuar en el escenario.
El concierto finalmente se saltó, pero solo porque hubo la negativa del comisario.

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