Movida y sanciones: del pub Candelai al bar de via Maqueda a la panadería Chiavettieri, estos son los lugares que han ido a parar a la red

Hay tres pubs de moda, muy concurridos durante las noches de vida nocturna. Dos panaderías muy concurridas por los vecinos y turistas que también abarrotan las calles del centro estos días. Una barra y una freidora a tiro de piedra del Teatro Massimo, con mesas al aire libre siempre agotadas. Siete establecimientos comerciales del centro histórico quedaron en el punto de mira de los controles policiales de la comisaría Palermo Centro, que con la colaboración de policías municipales controlaron la regularidad de las actividades, denunciando en ocasiones incumplimientos de aspectos colaterales. Venta de alcohol a menores, ocupación ilegal de terrenos públicos, mala conservación de los alimentos, emisión de música fuera de las normas relacionadas con las actividades musicales nocturnas son las denuncias planteadas en conjunto.

Una situación que, tras las intervenciones de la policía, después de reyertas y disturbios en el local (en Tayta en via Messina Marine había sucedido el 9 de agosto y el lunes se produjo el cierre por 30 días; la discoteca Country fue golpeada el fin de semana pasado y un guardia de seguridad arriesga un ojo), reaviva el foco de atención sobre el caos de la vida nocturna.

El presupuesto del servicio militar de Arma y policía de tráfico habla de seis entre propietarios y encargados de locales remitidos en libertad al Ministerio Público y sanciones administrativas a dos negocios por importe de 11 mil euros y el riesgo concreto de suspensión de la licencia -y por tanto del cierre del local- durante cinco días. Las operaciones de control se llevaron a cabo durante varios días y se fusionaron en un solo servicio de comunicación, a partir de un club nocturno en via dei Candelai 92. El propietario de la pub 99 fue demandado por dar bebidas alcohólicas a niños menores de 16 años que habían elegido su club para pasar la noche con amigos. También recibió una sanción administrativa por la falta de autorización para espectáculos musicales.

Las sanciones administrativas golpearon a los gerentes de dos bares: el Mono de la piazza Sant’Anna y la Castigamatti di piazza Aragona 5. El propietario del primer local, en la plaza convertida en zona peatonal a tiro de piedra de la Galería de Arte Moderno, fue acusado de haber retransmitido música al aire libre sin autorización y utilizando equipos no conformes (parece que el equipo declarado no se correspondía con el utilizado para la banda sonora del cliente). El segundo club recibió una sanción por tocar música con las puertas abiertas y fuera del horario permitido; en este caso, la dirección de Castigamatti anuncia un recurso por las modalidades de las medidas fonométricas realizadas porque -en su defensa- no está probado que el volumen de la música perturbara la tranquilidad pública. En ambos casos, el equipamiento del pub Monkey y el Castigamatti fueron objeto de embargo administrativo.

Una irregularidad, ligada al mal estado de conservación de los alimentos, fue en cambio impugnada al propietario de 54 años de Antojo de pan, panadería en via dei Chiavettieri. Luego de denunciado el problema, se procedió al embargo preventivo de locales y equipos.

La objeción a los operadores de un bar y una freidora en via Maqueda y una pizzería cerca de via dei Chiavettieri habla de ocupación ilegal de terrenos públicos. Luego de un control, la policía de la estación Centro y la policía encontraron que las mesas colocadas afuera no respetaron las autorizaciones recibidas. Esto es en el caso de la barra de ruvoloambos en la pizzería Antojo de pizza (junto a Voglia di pane), ambos en la freidora chisporrotea.

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