Miceli, la izquierda que puede ganar gracias al centroderecha

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El ‘suicidio político’ de sus opositores juega a favor del candidato post-Orlando.

Franco Miceli, o el candidato a alcalde de centroizquierda, de un puesto complicado Orlando, que tiene posibilidades concretas de ganar gracias (también) al centroderecha y sus fisuras.
Esta tarde, inicio de la campaña electoral en Villa Filippina: un desafío que parecía prohibitivo se ha vuelto repentinamente sumamente disponible para las fallas del campo contrario que no encuentra una síntesis sobre la cual converger.

A pesar de ser muy buena persona, con un pasado de compromiso político estrictamente de izquierda y un currículum respetable- reconoció que también Totò Cuffaro que juega en la coalición de esos otros-, el partido palermitano del Presidente de la Orden de Arquitectos hubiera sido difícil, en presencia de un centroderecha compacto y decidido a dejar de lado las rencillas internas por un interés en el Municipio.
Hipótesis que, sin embargo, por el momento, sigue siendo una obra de fantasía.

Habría sido suficiente (pero todavía podría ser suficiente) que un opositor ya operativo se presente en la rueda de prensa con las imágenes de los ataúdes apilados en los Rolls, de los coches apilados en Ponte Corleone, de los contenedores llenos de basura, de las calles maltrechas, de los puntos de luz apagados: todas las ocurrencias que los que hemos vivido en Palermo, al menos durante los últimos cinco años, hemos estado experimentando.
E ir a la colección de consentimiento, en el otro desastre.

Sin embargo, ese nombre, por otro lado, no está allí. Y, más adelante, más el arquitecto de brillante discurso podrá brindar por el demonio pendenciero de la facción contraria que podría ser condenado por titubeos y broncas, en lo que pasaría a la historia como un auténtico harakiri electoral.
Además, en este punto, la famosa amalgama se parece a una quimera: lo más probable es que aparezca un orden caótico disperso.

Totò Cuffaro también se pronunció en una entrevista con nuestro diario: “(Divididos ed) vamos a la boleta y perdemos, quien esté en la contienda.
El centroderecha, históricamente, gana en primera vuelta cuando la fuerza de las listas arrastra al candidato.
En la segunda ronda se vuelve casi imposible.
La prioridad no es el interés propio, del cual reconozco la importancia.
Hay un interés superior: la posibilidad de ganar.
Si solo persigues tu propio interés, pierdes.
Y nos perdemos todos juntos”.

Los últimos días del centroderecha palermitano eran simplemente aterradores.
Resumamos con un inventario por defecto.
La cumbre romana se da como factor decisivo que no conduce a nada.
El entrelazamiento inextricable entre el Palazzo delle Aquile y el Palazzo d’Orleans (y no suena bien presentarse a gobernar en un contexto de peones de cambio…).
Salvini que entiende la indirecta y relanza Scoma.
Cascio se rindió muy cerca de la investidura aún congelada.
Cañonazos Dell’Utri…

Es la deslumbrante representación de un mundo que trata de sonreír a favor de la cámara, pero que es desgarrado por visiones cortas y acosado por su propia inmadurez.
Es por eso que Franco Miceli podría lograr pasar más allá del último lustro y ganar, a pesar de que su ámbito cultural y político es equiparable al que sustenta Leoluca Orlando, el ‘alcalde perenne’ que representa, sin embargo, un abultado invitado de piedra.
Pero, si eso sucede, será principalmente porque han perdido a los demás.

(En portada, Franco Miceli en la foto de Gaspare Semprevivo a quien agradecemos la concesión).