Legionella en Palermo: controles en las escuelas, Villa Niscemi hacia la reapertura

¿Colonias exterminadas de legionella amenazan la ciudad de Palermo? Quizá sea una exageración de película de terror, pero lo que ocurre desde hace un año es que hoteles, instalaciones deportivas, colegios y oficinas de representación han sido arrasados ​​por una bacteria que acecha en los ambientes húmedos, en las duchas, en las piscinas. A cualquier evidencia de su presencia le siguen clausuras, controles, controles, pruebas, desinfestaciones, personas en casa, recetas, intervenciones, obras.

En resumen, un desastre. Aunque afortunadamente las autoridades sanitarias especifican que nunca, durante el último año de la pasión, hubo presencia anormal de legionella en las tuberías de la ciudad. El problema se manifestó únicamente en el interior de las edificaciones sujetas a atención y verificación. Como diciendo, que las redes de Amap están puestas y supervisadas y por lo tanto no hay preocupación de que la bacteria pueda llegar a las casas de los atentos traídos de quién sabe dónde.

Pero en medio de tantas malas noticias, por fin hay una que ofrece una antorcha de esperanza. Villa Niscemi, que ha estado cerrada durante casi un año, probablemente podrá reabrir y llenar sus oficinas antes de Navidad. De hecho, hacen saber a la Municipalidad que la Asp ha enviado su último informe en el que de los 23 puntos de muestreo realizados, se desprende que existen concentraciones anómalas de legionella únicamente en una sala contigua a la denominada sala de bandera. Y que seguramente habrá que prohibirlo. En cualquier caso, se necesitaron doce meses completos para poder superar el problema durante el cual la villa del siglo XVIII permaneció esencialmente vacía. Desde hoy los trabajadores del Reset comenzarán las operaciones de limpieza en el interior de las amplias estancias que quedaron abandonadas durante la noche tras conocerse la noticia de uno de los empleados hospitalizado donde las pruebas han constatado el origen de sus problemas respiratorios. Ahora habrá que ver si el responsable de seguridad accede a reabrir la antigua casa de campo aristocrática a los empleados.

Las últimas noticias en orden cronológico son las relativas a los institutos hoteleros Borsellino en piazza Bellissima y Cascino en via Fattori. Los institutos fueron cerrados en autoprotección y los niños enviados a casa. En este punto, de hecho, es bueno aclarar. La ASP interviene de forma autónoma para realizar controles sólo cuando existe un caso de legionelosis constatado por las autoridades sanitarias. Sucedió, por ejemplo, para la oficina de representación del Municipio en Villa Niscemi o en el hotel Politeama. En otros casos, digamos, de guardia. De hecho, son los responsables de las estructuras quienes de forma autónoma realizan los controles y organizan los eventuales cierres. De hecho, en todo caso, la ASP proporciona indicaciones y prescripciones a seguir para afrontar la situación. Desafortunadamente con tiempos largos. Por ejemplo, algunas pruebas de laboratorio tardan al menos 11 días en procesarse, un tiempo técnico que no se puede comprimir. En todo caso, la responsabilidad de la reapertura de los lugares de uso recae en los empresarios que asumen fundamentalmente la responsabilidad de ello.

También le había pasado a la piscina municipal topar con la bacteria que puede colonizar las vías pulmonares con efectos muy graves para la salud. Hubo que realizar unas sesiones de desinfestación, retirando a los usuarios durante unos días, para cerrar el incidente que, sin embargo, reapareció al poco tiempo y se volvió a combatir. Aunque es bueno decir que la legionella siempre está presente en las zonas húmedas de casas y oficinas. Pero si su concentración está por debajo de cierto umbral, no causa problemas de salud.

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